Nuestras plantas están ubicadas en el Valle de San Francisco, en Jujuy, y están en medio de un paisaje de selvas subtropicales de montaña, también conocidas como yungas. Este territorio, junto con la selva misionera, representa apenas el 2% de la superficie continental del país, pero concentra el 50% de su diversidad de flora y fauna.
Cualquier actividad productiva implica un impacto en el ecosistema natural. En Ledesma no sólo aspiramos a mitigarlo, sino que buscamos que el medio ambiente se beneficie con nuestra presencia.
Desde hace más de 10 años, preservamos 100.000 hectáreas de bosques nativos en Jujuy. Junto con la Fundación ProYungas, elaboramos un Plan de Ordenamiento Territorial, el primero en la Argentina, por el cual nos comprometemos a proteger dos de cada tres hectáreas propias en su estado natural, y monitoreamos su fauna y su flora. Allí habitan muchísimas especies; algunas de ellas, como el yaguareté, en riesgo de extinción, además de otros felinos como el margay o el ocelote, y corzuelas, coatíes, tapires y osos meleros, por mencionar solo algunas.
También construimos rampas en nuestros canales de riesgo para que los animales de las yungas pudieran beber agua, e instalamos cámaras sensibles al movimiento para registrar la presencia de diferentes especies.
En 1975 Ledesma donó 76.320 hectáreas para la creación del Parque Nacional Calilegua. El parque es el área más grande del país dedicada a la conservación y contemplación de las yungas, y la de mayor biodiversidad.