La caña de azúcar es uno de los mayores transformadores naturales del sol en energía. Es la planta energéticamente más eficiente que se conoce. En Ledesma trabajamos cada día para estar a su altura. Innovamos para generar más y mejores productos con el menor impacto y desperdicio. De la caña, sólo alrededor del 10% es azúcar. El resto del tallo es lo que tradicionalmente los ingenios destinaron a calderas para generar el vapor y la electricidad necesarios para producir azúcar y alcohol.
En 2010 incorporamos una planta para el procesamiento de biomasa que suma dos nuevas fuentes de energía alternativa: la denominada “malhoja”, hojas y restos vegetales que quedan en el campo luego de la cosecha; y chips de madera de plantaciones sostenibles. Transformadas en biomasa, se las utiliza para la generación de energía, que en Ledesma sustituye a las fuentes no renovables.
Desde 2012 estamos incorporando como fuente de biomasa la madera producida a partir de la plantación intensiva de eucaliptus.
El objetivo de la primera etapa del proyecto es abarcar una superficie de 1.500 hectáreas para generar biomasa. Las plantaciones forestales de alta densidad y rotación corta nos permiten obtener madera para utilizar en las calderas con turnos de corte de las plantaciones de entre tres a cinco años.
Además de estas fuentes de energía renovable que generamos del propio proceso productivo -que en su conjunto nos permiten generar casi un 50% de la energía total que usamos en nuestro complejo industrial-, también aprovechamos los canales de riego que bajan de las tomas que tenemos aguas arriba en los ríos Ledesma y San Lorenzo, cuya energía potencial se convierte en electricidad en nuestras centrales hidroeléctricas. El resto de la energía que utilizamos para producir está compuesta de gas natural y gasoil, para cosechadoras y tractores.