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Introducción

El presente Reporte Integrado abarca el ejercicio 2023/24 de Ledesma e incluye en un solo documento su Memoria, su Balance y su Informe de Sostenibilidad.

Se elabora de acuerdo con las directrices del documento “The International Integrated Reporting <IR> Framework”, del IFRS Foundation.

Esta modalidad de Memoria y Reporte Integrado, presenta de forma integrada información financiera y de sostenibilidad de la compañía, dando una visión sobre el modelo de negocio, de su estrategia y de los riesgos y oportunidades a las que se enfrenta, exhibiendo su desempeño en las dimensiones económica, social y ambiental desde la perspectiva de una gobernanza transparente.

En el inicio del ejercicio 23/24, en junio del año pasado, la macroeconomía argentina exhibía un desempeño marcado por el persistente déficit fiscal y una inflación muy elevada, en el orden de 114% interanual (junio 2022 a mayo 2023). La Argentina daba inicio a su calendario electoral previo al recambio presidencial de diciembre, y ello agregaba incertidumbre a las expectativas económicas. A este escenario se agregó una sequía devastadora en el campo argentino, principal proveedor de divisas e impuestos a través de las retenciones. Esto agravó aún más el delicado estado de las cuentas públicas.

Este marco negativo para la economía se cristalizó seis meses más tarde, cuando el INDEC informó que el PBI de la Argentina había caído -1,6% en 2023.

En diciembre de 2023 asumieron las nuevas autoridades nacionales encabezadas por el presidente Javier Milei, quien fuera elegido en el ballotage de noviembre frente a Sergio Massa, ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández.

De inmediato, el nuevo gobierno anunció una serie de medidas económicas que buscaban, fundamentalmente, reducir la inflación que en todo 2023 había resultado de 211,4%, la más alta desde 1990, eliminar el déficit fiscal y recomponer las reservas del Banco Central. Las primeras decisiones fueron una devaluación que llevó el dólar oficial de $350 a $800 (más del 50%), con un “crawling peg” o ajuste periódico de 2% mensual de ahí en adelante, y un fuerte recorte en las obras públicas, la nómina salarial y previsional del estado nacional y los subsidios. A esto se sumó una política de severa astringencia monetaria, que buscaba “secar” la plaza y reducir la base monetaria, que en la visión del gobierno era la generadora principal del alza de precios junto con el déficit fiscal y la consecuente emisión de dinero.

La fuerte devaluación, es decir, el sinceramiento del valor real del dólar en diciembre de 2023, tuvo como efecto inmediato un nuevo reacomodamiento de los precios relativos no regulados de la economía, y en consecuencia un alza del Índice de Precios al Consumidor, que al 31 de diciembre fue de 25,5% mensual. Sin embargo, el IPC comenzó un veloz proceso a la baja en los meses subsiguientes, y al cierre del ejercicio 23/24, el 31 de mayo del corriente año, fue de 4,2% mensual, un éxito de la política económica que podría profundizarse en lo que resta de 2024, aun cuando todavía están pendientes ciertos ajustes de precios regulados que impactan en el IPC y pueden ralentizar ese proceso.

En este marco de pronunciado descenso de la inflación, desde enero de 2024 a mayo del mismo año el IPC totalizó un incremento acumulado de 71,9%. Cabe mencionar que el rubro Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, en ese mismo rango temporal, creció por debajo del índice general, al 65,6%, aunque en los 12 meses que abarcó el Ejercicio 23/24, de junio a mayo, se situó levemente por encima del IPC general (289,4% contra 276,4%).

El nuevo gobierno, además, pudo mostrar que había logrado el equilibrio fiscal de manera rápida a partir de su gestión, en parte debido a la devaluación, pero también por la fuerte baja de -31,7% real en el gasto primario. De esta manera, el gobierno alcanzó en los primeros 5 meses de 2024 un superávit fiscal primario de 1,1% del PBI, algo que no se registraba desde 2008.

En este terreno, el desafío es darle sustentabilidad en el tiempo al superávit fiscal, y eliminar impuestos distorsivos que incentiven la mayor actividad económica (lo que a su vez generaría un incremento en los golpeados ingresos fiscales). De acuerdo a un informe del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), los tributos totales identificados en la Argentina (que incluyen impuestos, tasas y contribuciones) pasaron de 148 en 2023 a 155 en 2024, como consecuencia de la suma de tres tributos y la resta de dos a nivel nacional, y la adición de siete tributos y la eliminación de uno a nivel municipal. Los 10 tributos que más recaudan aportan el 92% de la recaudación consolidada del país, con el IVA como el de mayor participación, con el 27%. El gobierno nacional ha afirmado en reiteradas oportunidades su propósito de bajar o eliminar impuestos, lo que se facilitará en la medida en que tenga éxito su plan de reducción del gasto público y una vuelta al crecimiento que genere mayor recaudación fiscal proveniente de los impuestos ligados a la actividad.

Como contrapartida de la baja sostenida de la inflación y la consecución del superávit fiscal, la actividad económica, que ya en 2023 había caído como mencionamos anteriormente, profundizó su derrumbe como resultado de las medidas tomadas para lograr la resolución de los desequilibrios macroeconómicos. En mayo de 2024, al cierre del ejercicio 23/24, sin embargo, el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) registró una suba de 2,3% en la comparación interanual y de 1,3% respecto a abril en la medición desestacionalizada, luego de 7 meses de caída y un mes de estancamiento (en abril). El Índice de Producción Industrial Manufacturero acumulado de enero-mayo de 2024 presentó una disminución de -15,2% respecto a igual período de 2023. Por último, el Informe Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA) a mayo de 2024 reflejaba que la actividad industrial había registrado una caída en la comparación anual (-14,3% i.a) y mensual (-0,6%, sin estacionalidad).

Al cierre del ejercicio 23/24, pues, el gran interrogante es cuánto tiempo demorará la economía para pasar a una fase de crecimiento. Al momento de la redacción de este Reporte, el Relevamiento de Expectativas del Mercado que elabora el Banco Central de la República Argentina entre consultoras y entidades privadas estimaba que el Producto Interno Bruto (PIB) caería -3,7% en 2024, con un probable rebote en 2025.

La reciente aprobación de la ley 27.742 denominada por el gobierno nacional Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, junto con el paquete fiscal negociado en el Congreso, posibilitarán una mayor recaudación fiscal e ingresos de dólares, lo que facilitaría el proceso para la eliminación del cepo cambiario que está dificultando la reactivación económica y también ha frenado el ritmo de recuperación de las reservas internacionales netas del Banco Central, que desde diciembre hasta el final del Ejercicio 23/24 habían crecido US$ 9.500 millones.

Como datos adicionales, en el primer trimestre de 2024, la tasa de desocupación en la Argentina fue de 7,7%, por encima del 6,9% registrado en el período equivalente de 2022. En tanto, el porcentaje de personas bajo la línea de pobreza en el segundo semestre de 2023 último dato disponible fue de 41,7%, por encima del 39,2% informado en el mismo período del año anterior.

Estos datos ponen en contexto el escenario macroeconómico en el que se desempeñó
Ledesma durante el ejercicio 23/24.